Regrese a la página principal

Continuar viendo el resumen2

Índice Político
Francisco Rodríguez
El Universal
Sábado 13 de octubre de 2001
Primera sección

¿Acuerdo político o amnistía?
Es un borrón a la corrupción
En Praga,
otro doble discurso.
Para Rodolfo "El Güero" Landeros . In memoriam .

El día de su cierre de campaña por la Presidencia de la República, el entonces candidato Vicente Fox Quesada prometió que en caso de llegar al gobierno instalaría una comisión de la verdad para investigar la corrupción de administraciones pasadas.

El jueves pasado, en Praga, reiteró –aunque tímida y condicionadamente– la posibilidad de que se establezca en México la comisión de marras.

Al hacer uso de la palabra, en su turno, durante la décima Conferencia Internacional Anticorrupción, ofreció incluso: "… ya no habrá nada que pueda quedar oculto", y se comprometió a "limpiar la casa", además de establecer como plazo el año 2003 para que la Procuraduría General de la República concluya su proceso de renovación, sobre la cual, afirmó: "Se trata de una transformación de la vieja Policía Judicial Federal a la nueva agencia de investigación". El jefe del Estado, al parecer, se sigue comportando cual candidato que cambia de discurso dependiendo del auditorio que tenga enfrente, con la consecuente confusión que provoca la continua caída en contradicciones.

En su penúltima visita a Estados Unidos, al hablar ante el pleno de la Organización de las Naciones Unidas, el presidente Fox aseguró que el PRI era la razón de todos los males del país.

Pero en México ya han sido varias las reiteraciones sobre la intención de "dejar el pasado en paz".

En algunas ocasiones es el mismísimo inquilino de Los Pinos, aunque en la mayoría de las ocasiones, es el secretario de la Contraloría, Francisco Barrio, quien insiste en que la lucha contra la corrupción es presente y futura, pero que el gobierno no tiene la menor intención de iniciar una "cacería de brujas".

Seguramente por ello es que, momentos después de asegurar que su gobierno llamará a cuentas a los culpables de los múltiples desfalcos a la nación del pasado régimen, en conferencia de prensa, el primer mandatario prefirió desviar la atención al ser cuestionado en relación a los escándalos que se han generado en torno del Instituto de Protección al Ahorro Bancario, invento por cierto, de su partido, el PAN.

Con el pretexto de que el IPAB fue creado por el Congreso de la Unión "… precisamente como un mecanismo para limpiar y llevar a la legalidad todo el proceso de extinción de los créditos, y todo el proceso de resolución del mecanismo que se utilizó para proteger a los ahorradores", el Presidente se limitó a opinar que "… desde fuera hay juicios encontrados, hay quienes sienten que no se está haciendo esta tarea, y hay quienes sienten que sí...". Para rematar lo anterior con que: "… es un privilegio del Congreso federal el poder ver por los resultados que se generen en el IPAB" (sic).

En foros internacionales, pues, Fox acusa al PRI de haberle dejado la "casa muy sucia".

Pero en esa casa sucia, las cosas son distintas. El régimen foxista no ha llamado a cuentas a ningún funcionario de anteriores administraciones, aun y a pesar de las múltiples denuncias que todos los días se ventilan en los medios de información.

Pero no sólo eso. Importantes autores del desastre económico y político en que se encuentra el país, debido a la actuación en los últimos sexenios de los priístas, éstos siguen despachando en los primeros y segundos niveles de la administración pública.

De hecho, el pasado domingo 7, con la firma del Pacto para el Desarrollo Nacional, lo que hubo por parte del presidente Fox fueron toda clase de loas y halagos a todas las fuerzas políticas, incluidas las que en otros momentos se encargaron de conducir los destinos nacionales, en clara alusión a los "gobiernos de la Revolución".

Por ello es que, de acuerdo a mi apreciación, el publicitado Acuerdo Político Nacional es, más bien, un amnistía.

En el documento no se toca el popularmente demandado tema de la lucha anticorrupción.

Y si Dulce María Sauri, Enrique Jackson y Beatriz Paredes acudieron a Palacio Nacional a firmar –así y condicionadamente– el documento, fue porque Santiago Creel consiguió el perdón y el olvido para los corruptos del PRI.

Creel ha luchado denodadamente, en efecto, para evitar que se instale la comisión de la verdad que Vicente Fox, como candidato, manifestó era su promesa y compromiso.

El argumento que emplea es jurídicamente impecable. Apunta que ya existen las instituciones –PGR, Contraloría, Contaduría Mayor de Hacienda– que se pueden encargar de investigar las denuncias de corrupción. Pero políticamente es fallida. Y es que Creel es abogado, pero no es político.

También Creel fue el impulsor de la visita de Francisco Barrio a la sede misma del PRI para anunciarles a los priístas esa suerte de olvido y perdón.

Creel, al final de cuentas, fue el encargado de implementar el acuerdo.

Acuerdo que, le repito, es más bien una amnistía.

Francisco Barrio, entonces, ya puede irse de vacaciones.

El pasado no se va a tocar.

La casa va a seguir sucia.

Aunque Vicente Fox diga lo que diga en el extranjero.


............

pacorodriguez@journalist.com

Regrese a la página principal

Continuar viendo el resumen2