Secodam: engaño y simulación
JESÚS GONZÁLEZ SCHMAL
ES incuestionable, que el primer motivo por el que el pueblo decidió cambiar de partido en el gobierno lo fue la agobiante corrupción pública que padecía el país, con la permanencia de un solo partido en el poder por más de 70 años pero, también, es hoy contundente, el que el nuevo gobierno, precisamente en este tema de combate a la corrupción, es donde le está dando "atole con el dedo" a ese pueblo que creyó en el cambio y votó por Fox.
Ya con anterioridad, aquí mismo, en EL UNIVERSAL, se ha revelado quién es Francisco Barrio, el titular de la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo, que como gobernador de Chihuahua fue "el salinista" más apasionado, no sólo en cuanto haber imitado en ese estado norteño la creación de una costosa Secretaría de la Contraloría dependiendo del propio Ejecutivo que no sirvió para nada, sino también por su adicción a los negocios fáciles al amparo del poder y a la utilización de su hermano Federico, equivalente a Raúl, que hiciera fortuna por cualquier medio, para garantizar el futuro de la familia.
Naturalmente que con el equipo de Barrio entró también Rosendo Villarreal nada menos que como "contralor interno" de la Secodam. Este sujeto fue presidente municipal de Saltillo y quedó embarcado con un faltante de 300 millones de pesos que le reclamó el Congreso y cuya aclaración pudo eludir al haber llegado como Senador de partido, con lo que logró sortear el apremio. Barrio y Villarreal se identifican en que ambos, habiendo sido postulados y elegidos con las siglas del PAN, perdieron sus posiciones al término de sus periodos, volviendo a hacer que el pueblo votara por el PRI para librarse de la calamidad que dejaron en sus respectivas gestiones.
Al propio "contralor interno" de Secodam, siendo candidato al gobierno de Coahuila se le sorprendió trayendo una avioneta con mercancía de contrabando procedente del estado de Texas, y como se pretendía que hiciera un aterrizaje clandestino en las afueras de Saltillo, le falló al piloto y cayó sobre un sembradío; murió éste, pese a haber sobrevivido al accidente, pues no contó con atención médica porque quienes lo esperaban primero fueron a avisar al entonces alcalde de Saltillo. Cuando éste llegó ya fue tarde para salvar al piloto, de nombre James Spikes, aunque sí salvaron el cuñado y un amigo del alcalde que venían en la nave. Desde luego la PGR de entonces, 1993, guardó hermético silencio y el asunto quedó olvidado al igual que la costumbre que tenía Villarreal de colocar grabadoras ocultas a sus colaboradores para enterarse de quiénes conspiraban contra él.
De modo que éstos son los que ahora pretenden cumplir las promesas hechas al pueblo en el combate a la corrupción. ¿De dónde sacarán autoridad moral para cumplir su cometido, si de reos de corrupción se quieren ahora constituir en jueces o fiscales? Nadie duda ya ahora, que todo este plan foxista no es otra cosa que "taparle el ojo al macho", para simular, una vez más, que se quiere acabar con la corrupción, poniendo a quienes la conocen y practican, para que hablen y hablen de ello como si ya se hubieran regenerado.
Recientemente Rogelio Sada Zambrano, coordinador de contralores y comisarios de la Secodam, ofreció cambiar al menos 40 contralores de la misma secretaría asignados a otras entidades públicas. Es evidente que salvo honrosas excepciones, estos contralores son una red de complicidades que han hecho fortuna con las quejas que presentan los ciudadanos para con ellas chantajear a los funcionarios acusados y venderles "la resolución", eximiéndolos de responsabilidad si llegan al precio. Esto lo sabe Sada Zambrano, pero en vez de cumplir con su obligación y utilizar el análisis y examen de los procedimientos incoados en las quejas ciudadanas, donde podrá comprobar la corrupción en la misma Secodam, se sale por la tangente ofreciendo un programa de las cuatro "erres" de reorganización, reorientación, redimensión y regeneración para atrapar incautos, que no es otra cosa que hacerle al cuento para ofrecer al futuro, sin tocar el presente, abonando a la desconfianza que ya se ganó a pulso la dizque nueva Secodam.
Por más que uno se esfuerce por creer que a seis meses del inicio de la gestión, es todavía temprano para que se perciban los cambios, las evidencias abruman para presentarnos la realidad cruda que, por las personas que integran la Secodam y por las acciones que se les ve emprender para cubrir el expediente, no se puede ser optimista. Hacerse "ojo de hormiga" para no detectar el desvío de recursos que supuso el pago sin presupuesto del equipo de transición del nuevo gabinete, entre los que se benefició el propio Francisco Barrio; "voltear la cara" para no ver el uso ilícito de los recursos con los que se remodeló el rancho San Cristóbal con el pretexto de recibir a Bush o "fingir demencia" para no conocer el derroche, dispendio y locura que significa rehacer Los Pinos al gusto del nuevo Presidente y sus necesidades familiares para amueblarlo, equiparlo y dotarlo de sábanas, toallas y edredones a precios estratosféricos, es francamente definitorio de lo que se espera de Secodam.
De acuerdo con los datos aquí aportados, lo más seguro es que la Secodam guarde silencio como lo hizo con los estratosféricos salarios que publicó EL UNIVERSAL de los nuevos titulares del gabinete foxista y de los que en otros periódicos han informado ahora, por ejemplo, de las nivelaciones del 75% de aumentos en el Seguro Social para los altos cargos. Se acumulará, como es previsible, el engaño y la simulación que van definiendo lo que es la Contraloría de la Federación.